La persiana es el principal complemento de una ventana. Es el elemento que nos protege de la luz y el calor, y al mismo tiempo hace de barrera acústica aprovechando la cámara que se crea cuando está totalmente bajada.
Según las características del hueco, fundamentalmente hay dos tipos de persiana:
Persiana Compacto o monoblock
La persiana va incorporada en la propia ventana formando un solo elemento. El cajón solo es visible desde el interior, quedando su cara exterior oculta y protegida dentro de la cámara del tabique.
Este sistema es el apropiado cuando es una obra nueva o una reforma donde vamos a sustituir la carpintería antigua. Al estar unida la persiana a la ventana, en el mismo montaje quedamos el hueco totalmente terminado.
Persiana Mini exterior
La persiana es un elemento independiente de la ventana. Se coloca en el exterior de la vivienda, de tal manera que el cajón es visible desde dentro y desde fuera.
Esta solución se utiliza cuando en el hueco ya existe una ventana, y no tenemos otra opción que montar la persiana por el exterior.
Generalmente en este tipo de persianas, el cajón es de aluminio para que ofrezca más garantías y no se deteriore al estar expuesto a las inclemencias.
Tipos de lamas
Existen dos tipos fundamentales en cuanto a las lamas para nuestras persianas: lamas de PVC y lamas de aluminio.
Las lamas de PVC eran las que se utilizaban antiguamente. Al fabricarse con componente plástico, es una lama con poca resistencia y con facilidad para deteriorarse con el paso del tiempo.
En la actualidad más del 90% de los paños de persiana se fabrican con lamas de aluminio, las cuales llevan un relleno interior con poliuretano expandido.
Este tipo de lama a pesar de ser un material ligero, tiene una gran resistencia mecánica y gracias al relleno interior proporciona un mayor aislamiento térmico.
Si además pretendemos conseguir un grado de protección y seguridad en nuestra vivienda, podemos utilizar lamas de aluminio extrusionado (paredes reforzadas) con sistema autoblocante. En este tipo de persianas el accionamiento es motorizado para facilitar su manipulación debido al peso de la lama.
En cuanto al accionamiento para nuestras persianas el mercado nos ofrece dos opciones:
Accionamiento manual
En este caso, el accionamiento de nuestras persianas se realiza manualmente, mediante una cinta que nos permite subir y bajar la persiana tirando de ella o dejandola caer.
La cinta va quedando alojada en el recogecintas insertado en la propia ventana o empotrado en la pared.
El mayor inconveniente de este sistema es que dependiendo del tamaño de nuestra persiana, el accionamiento en determinadas ocasiónes se puede hacer un tanto incómodo.
Accionamiento motorizado
El accionamiento de la persiana se consigue a través de un motor insertado en el rulo de la persiana, el cual se puede accionar mediante un pulsador fijo en la pared o con mando a distancia.
En función de las dimensiones y peso de la persiana, utilizaremos un motor con la potencia y características necesarias para su correcto funcionamiento.
Una vez motorizada la persiana, podemos añadir dispositivos de domótica para programar la subida y bajada de la misma a una hora determinada.